¡Hemos invitado a un ladrón a nuestra casa!
Sí, así es. Y comparte con nosotros como si fuera de la familia, y muchas veces lo tratamos mejor y le dedicamos más tiempo que a los propios miembros de la familia. Este ladrón ha venido con una invitación de nuestra parte, y hasta hemos pagado para que venga... Y con fuerza ha llegado a robarnos tiempo, relaciones importantes, habilidades y muchas cosas más.
Este ladrón a quien gustosamente hemos invitado a la casa se llama TECNOLOGÍA. Y por favor no me mal interpreten, a mí me encanta la tecnología y los que me conocen lo saben; sin embargo hemos llegado a un punto en donde nuestras vidas con y en la tecnología es más importante que la vida real.
Y ¿Por qué digo que la tecnología nos roba? Porque con tantas cosas "Smart" que nos "faciliten" la vida, nos estamos perdiendo de muchas cosas importantes. Por ejemplo ya casi nadie escribe a mano, todo es a través del celular o la computadora y si esto tampoco le gusta, tiene la opción de "dictado". Otro caso son las calculadoras que nos "evitan la fatiga" de tener que hacer operaciones matemáticas mentalmente.Y no digo que sea malo, yo uso cada una de estas opciones. Lo peligroso es que dejemos de practicar habilidades que son beneficiosas para nuestro cerebro.
Pero esto es secundario. Lo que más me preocupa es que la tecnología nos está robando el tiempo en familia. Las consolas de videojuegos, las computadoras, la televisión, estos siempre han sido factores distractores en la familia; pero no pueden faltar los benditos "Smartphone".
Hoy quien no tiene un Smartphone es un fenómeno y es acusado a veces de "tacaño" o de "anticuado". Son múltiples los beneficios que obtenemos con uno de estos celulares si sabemos utilizarlos con prudencia; pero también si no los usamos de manera "inteligente" nos pueden causar serios problemas familiares.
Muchas veces estamos completamente inmersos en nuestro mundo virtual revisando las redes sociales, conversando por chat o simplemente jugando alguno de los cientos de jueguitos que muy "amablemente" nuestras amistades del face nos envían a cada rato y por estar en estas, descuidamos lo que realmente es importante: LA FAMILIA.
Uno de los problemas familiares que nos trae el no utilizar esta tecnología correctamente es la discordia entre pareja. Algunas parejas se pelean entre sí porque se cuestionan por tanto tiempo que pasan chateando y se siembra la duda si hay otra persona entre ellos debido a las largas conversaciones por chat. Y aunque no sea así, se siembran dudas y celos innecesarios porque en lugar de dedicar tiempo en pareja estamos metidos en el celular día y noche. O aunque no haya celos de por medio el otro se siente desplazado por un aparato. Me pregunto yo ¿Será este un tipo de infidelidad?.
Otro conflicto es entre hijos y padres. Hoy en día ¡niños tienen celular! Tienen su propia laptop y ni se diga de las consolas de videojuegos. Y hemos permitido que esta tecnología nos robe tiempo valioso con nuestros hijos. Preferimos que se queden quietos embobados con estos aparatos y que "no molesten" y de esta manera viven cada vez más alejados de las relaciones cara a cara. Como consejera familiar no recomiendo que los niños y adolescentes tengan internet en sus celulares y tampoco que tengan una computadora en su habitación. Esto es darles una responsabilidad más grande de la que puedan soportar. Hay tantas cosas en el internet que están al alcance de un clic y como padres debemos ser cuidadosos y responsables de lo que nuestros hijos ven y escuchan.
Y por último, la tecnología mal utilizada nos está robando el valioso tiempo que como padres debemos dedicar a nuestros hijos. Mamá y papá ni voltean a ver a su niño o niña porque "están ocupados" atendiendo asuntos en su teléfono celular. Y equivocadamente creemos que la llamada, el mensaje o el post es más importante que la necesidad inmediata de los hijos. Y fríamente no lo pensamos o decimos; pero nuestras acciones así se lo están indicando a ellos.
Que terrible es ver familias que se sientan a la mesa y el invitado especial en ella es el celular. Ya sentarse a la mesa dejó de ser un momento importante como familia porque cualquier sonido que emita esa cosa será más importante que compartir un momento especial con los nuestros.
Reflexionemos. Seamos sabios y utilicemos correctamente la tecnología y no permitamos que nos robe momentos únicos en familia. Si valora ciertos momentos del día con los suyos, olvídese de ese aparato y dedique tiempo a lo que realmente vale la pena, al menos durante los momentos que son sagrados como familia, si es que los tenemos.
Usemos la tecnología y no dejemos que ella nos use a nosotros.
Cinthya Jiménez de Yánez
Pastora y Consejera Familiar