lunes, 1 de febrero de 2016

Abuelos Castradores

                       
                                        
Desde hace algunos meses viene dándome vueltas en la cabeza este tema de los padres que hacen todo por sus hijos adultos, sin darse cuenta del mal que les hacen, no solamente a ellos sino también a sus nietos. Por eso decidí escribir esto.

¿Qué es un "Abuelo Castrador"? Son esos padres que con el buen deseo de "apoyar" a sus hijos "en todo" los malcrían como padres; los incapacitan para desarrollar su labor paternal; les niegan la oportunidad de crecer y de hacerlo por su propia cuenta... En fin, los castran.

Estos hijos son castrados como personas en primer lugar porque no son capaces de tomar decisiones por sí mismos si papi y mami no están de acuerdo o no tienen participación en la decisión. 

También son castrados como hijos porque nunca pueden ser lo que sus padres anhelan, justamente por esta sobreprotección no tienen la fortaleza suficiente para luchar por lo que quieren y honrar verdaderamente a los padres, sino más bien lo que hacen es "darles gusto".

Estos hijos son castrados también como padres porque están bajo la sombra de sus propios padres, siempre. No son capaces de crecer como padres y tomar su responsabilidad como tal porque papá y mamá "siempre están ahí". Están ahí cuando se quieren ir de farra y seguir con su vida de solteros, están ahí cuando tienen que acompañar a sus hijos en momentos trascendentales y no saben cómo actuar, momentos como: primera menstruación; conversaciones sobre sexo; eventos de la escuela o colegio; noviazgo prematuro; conversaciones de temas relevantes, etc. Siempre son los abuelos los que responden, los que escuchan, los que actúan. Y aunque este es un gran apoyo, es más dañino de lo que parece. De esta forma están castrando a sus hijos como padres al quitarles la responsabilidad de crecer junto con sus hijos.

Algunos padres creen que ayudan a sus hijos cuando no se hacen responsables de sus propios hijos y son los abuelos los que ponen la cara por ellos; los que dan el dinero; los que negocian; los que sacan de su bolsillo para resolver lo que sus irresponsables hijos deben hacer. Y así tenemos por todo lugar mujeres adultas que son incapaces de cuidar a sus propios hijos, porque han sido sus propios padres los que han llevado la carga. Tenemos hombres irresponsables que se dedican a la bebida, a la droga o a andar de mujer en mujer porque sus propios padres le castraron, le negaron la oportunidad de ser adulto, de ser responsable, de ser padre. 

Hay padres que tienen que afrontar la difícil prueba de un embarazo en sus hijos adolescentes. Y se han visto extremos totales: unos que los corren de la casa y otros que crían a sus nietos asumiendo toda responsabilidad. Y este último lo único que provoca es que sus hijos ahora padres, traigan más hijos a casa para que sus abuelos los críen y los mantengan; esto sucede porque a ellos no les cuesta nada. No los cuidan porque siguen en sus clases en colegio privado como si nada; no los mantienen porque siguen siendo ellos mismos mantenidos; no los crían, porque tienen criadores privados de gratis: los abuelos castradores. 

Y por último, tengo que decir que lastimosamente los hijos de los castradores, también son castrados como cónyuges. Porque nunca rompen el cordón umbilical, siempre están en total dependencia con sus padres y esto no le permite adquirir responsabilidades en su propio hogar. No le tienen miedo al divorcio porque papá y mamá estarán ahí si el cónyuge le deja o se cansa. La mayor parte de abuelos castradores tienen serios conflictos en sus propios matrimonios porque no han aprendido lo que es la verdadera responsabilidad, ni la han inculcado a sus hijos.

Muchos padres reciben a sus hijos casados con gozo en sus casas cuando deciden irse de su propio hogar y abandonar a sus hijos y a su cónyuge. Esto es el peor daño que le puede causar al matrimonio de sus hijos. "El casado casa quiere" dice un conocido refrán. Aconseje a su hijo o hija, tómense un café juntos hasta calmarse; pero devuélvalo a su hogar, devuélvalo a afrontar su responsabilidad y sáquelo de sus faldas. Si no lo hace, le tendrá continuamente ahí metido una y otra vez, hasta acabar su matrimonio y con su propia vida por irresponsable. 

Quizá para muchos mis palabras sean muy fuertes; pero son cosas que veo todo el tiempo. Cuando le comenté a alguien que quería escribir este artículo, me preguntaron ¿Por qué no padres castradores en lugar de abuelos? Y es que yo pienso que un padre castrador no solamente hace daño a sus hijos, sino también a sus nietos; pero también a todos los que están alrededor de ellos. La misma gente lo nota y se cansa de tanta irresponsabilidad de parte de los hijos castrados. 

Una forma fácil de evaluar si hemos caído en este error, es analizarse en las siguientes preguntas:
- Si usted es abuelo pregúntese: ¿Pueden mis hijos vivir sin mí? ¿Puedo alejarme un poco de la vida de mis hijos y vivir mi propia vida sin que se resientan? ¿Puedo tomar decisiones en mi tiempo y en mi dinero sin afectarles a ellos? ¿Podrían mis hijos cumplir con todas sus responsabilidades sin mi ayuda?

- Si usted es padre de familia pregúntese: ¿Podría vivir mi vida normalmente y sin problemas sin el apoyo de mis padres? ¿Podrían mis hijos crecer normalmente sin la ayuda de mis padres? ¿Podría tomar decisiones solamente con mi cónyuge o por sí solo en cualquier área de mi vida? ¿Puedo asumir todas mis responsabilidades como padre y como cónyuge sin la ayuda de mis padres?

Si la respuesta a la mayoría de estas preguntas es no, usted está en el dañino error al que yo llamo "castración familiar". En donde los abuelos les dan todo a sus nietos, menos unos buenos padres. En donde las relaciones se vuelven enfermizas y los niños crecen sin el amor verdadero y sin el ejemplo de padres esforzados y responsables. 

¡No me mal interpreten por favor! No digo que los abuelos tienen que desaparecer, más bien la labor de ellos es muy importante en el sano crecimiento del niño. Lo que digo es que los abuelos no pueden hacer el papel de padres, por muy buenos que sean. Nadie puede ocupar el lugar de un padre o una madre. Cuando los abuelos se interponen, eso es lo dañino.

Un día no estaremos como padres para resolverles la vida, lo único que quedará en ellos es el daño de no saber cómo hacer las cosas porque mamá y papá nunca le enseñaron, siempre las hicieron por ellos. Lo que quedarán serán hombres y mujeres incapacitados para ser hijos, padres y esposos. 

Aunque como padres pasemos por dificultades de todo tipo, eso nos enseña a arreglárnoslas de alguna manera, nos enseña a crecer; nos enseña a madurar, a ser responsables y a luchar por nuestra familia. El águila le enseña a sus aguiluchos a volar de una forma muy sencilla: los avienta al vacío. O se mueren o aprenden a volar. 

No les sirvamos a nuestros hijos de pilotos, enseñémosles a volar. Lo mejor que podemos darle a nuestros hijos son alas para volar por sí mismos.

Cinthya Jiménez de Yánez
Pastora y Consejera Familiar