¡Qué día tan hermoso aquel cuando nos prometimos amor eterno! La boda soñada, el vestido hermoso, la celebración más importante de nuestra vida. ¡Una fecha inolvidable!
Lamentablemente lo que sí se olvida son las promesas que hicimos ese día en el altar. Hoy en día el matrimonio es perfecto sólo en las fotos. Porque en la vida real muchos decidieron dejar a un lado lo que se prometieron delante de personas importantes y más grave aún, delante de Dios. Y el matrimonio se ha vuelto "desechable". Sin embargo no me quiero enfocar en esto, sino más bien en los votos...
¿Quién recuerda los votos de su boda? La verdad yo no... Estaba tan feliz y emocionada que no tengo la más mínima idea de lo que prometí; pero todos sabemos que lo tradicional es decir que "Aceptamos estar juntos en la salud y en la enfermedad; en la riqueza y en la pobreza; hasta que la muerte nos separe"... ¡Oh Dios mío qué palabras más importantes! Y NO LO RECORDAMOS!!!
Yo tengo que decir que últimamente he estado reflexionando en esos votos, que aunque no los recuerdo tuvo que ser algo parecido a eso. Y digo esto porque en mi matrimonio estamos pasando por la parte de "en la salud y LA ENFERMEDAD"... No ha sido problema estar unidos en la pobreza porque lo hemos sobrellevado con fe en momentos difíciles; pero este tramo de la enfermedad y cumplir con lo prometido en el altar, ha sido duro.
Uno promete estar ahí en la enfermedad; pero creo que en ese momento pensamos (si es que pensamos...) en una enfermedad pasajera como una gripe, una pierna quebrada o algo leve. Sin embargo cuando una enfermedad crónica toca a la puerta de tu matrimonio... Ahí es donde el voto se pone a prueba.
Mi esposo sabe muy bien lo difícil que es cumplir con este voto. Creo que jamás se imaginó que sería tan difícil; PERO ESTOY TOTALMENTE AGRADECIDA CON ÉL POR SU VALENTÍA! No ha sido fácil para él tener que verme "apagada" porque simplemente no funciono. Ha tenido que salir adelante como cuando una pierna no funciona bien, cojeando porque yo no estoy al 100% a su lado; pero ¡Él está al 1000% al mío!. Ha sido tan valiente al tener que partirse en dos para acudir ante el llanto de mi bebé y mis gritos de dolor en las noches; ha tenido que dividir los ingresos entre el alimento y las medicinas y cuando no hay, ingeniarse la manera de conseguirlo. Ha tenido que aprender a cocinar y hacer cualquier labor de la casa por los días que mi cuerpo simplemente no quiere funcionar y para que yo esté tranquila. Ha tenido que sacar adelante las labores pastorales solo y poner cara de fuerte aunque esté preocupado y agotado.
Mi esposo sabe muy bien de lo que se trata este voto porque aunque sea muy difícil, cada día me demuestra con hechos que lo dijo en serio. Yo no lo merezco; porque la otra parte del voto se trata de dejarse ayudar en la enfermedad y también es difícil ver a tu ser amado desgastarse por amor. Es difícil saber que hay tanto que hacer y no poder colaborar y simplemente dejarse cuidar. No lo merezco porque tal regalo, tal sacrificio, tal acto de amor no se puede ganar con nada.
El paso por la enfermedad ha sido muy duro; pero saber que lo que un 15 de diciembre del 2006 prometimos ante Dios es real, me da fuerzas para seguir adelante y hacer que valga la pena el esfuerzo de mi pastor, mi enfermero, mi consejero, mi paño de lágrimas, mi mejor amigo, el esfuerzo del amor de mi vida. Sólo quiero decir hoy: GRACIAS GERARDO YÁNEZ POR ESA CLASE DE AMOR! Tu amor me levanta, me sana, me da vida y sé que sólo Dios te puede enseñar cómo amar así. Te amo... Prometo hacer valer tu esfuerzo como esposo, como padre y como hombre de Dios.
Muchos ante una enfermedad grave o ante una crisis económica o de cualquier tipo abandonan el barco porque no creían que esos votos eran en serio; pero sólo hasta que tienes la oportunidad de ponerlos en práctica te das cuenta si lo que prometiste era cierto o no. El verdadero amor matrimonial consiste en levantar al otro cuando esté caído; en estar ahí no para sacar provecho del otro sino para entregar tu vida por su bienestar. ¿Cómo lo sé? PORQUE MI ESPOSO ME ENSEÑA SOBRE ESE TIPO DE AMOR TODOS LOS DÍAS. De él estoy aprendiendo...
¿Fue cierto lo que prometiste? ¿Has cumplido con tus votos matrimoniales como deberías hacerlo? Ningún sacrificio o esfuerzo está fuera del verdadero amor. Se necesita ser valiente y hasta heroico para cumplir con estos votos.
¡Los héroes sí existen! Yo conozco a uno que me llama "esposa".
Cinthya Jiménez DE YÁNEZ
Pastora y Consejera Familiar
No hay comentarios:
Publicar un comentario