lunes, 13 de mayo de 2013

Vale la pena servir a un Dios bueno

Entregarle a Dios la voluntad no es nada fácil, pero en verdad vale la pena!



Nunca podremos alcanzar una satisfacción plena cuando queremos agradarnos a nosotr@s mism@s, porque hemos sido creados con el propósito de agradar a Dios, para Gloria Suya nos ha creado (Is. 43:7). Así como nuestros pulmones fueron creados para ayudarnos a respirar, así el ser humano ha sido creado para honrar a su Creador. Y separad@s de Él,NADA podemos hacer (Jn. 15:5).

 

En nuestro andar cristiano a veces se nos olvida que ya no vivimos para nosotr@s (Gal. 2:20). Dios lo pide TODO de nosotr@s, Él no acepta el segundo lugar en nuestro corazón. Cada día es un continuo “entregar”, “morir”, “renunciar” y hacer la oración de Juan el Bautista: “es necesario que Él crezca, pero que yo mengue” (Jn. 3:30).

 

El asunto es, que cuando alguien, se decide a entregarle TODO, Él se desborda en bendiciones… y cuando digo se desborda es, que Él bendice (como dice nuestro queridísimo hermano Roberto Aldana) GROSERAMENTE!

He podido ver cumplida la Palabra en mi vida, y el texto de Juan 15:7 “Si permanecéis en mí,  y mis palabras permanecen en vosotros,  pedid TODO lo que queréis,  y os será hecho” es real. Y si soy honesta, hay cosas que ni siquiera han salido de mi boca, un anhelo que cruza de manera fugaz por mi mente y mi corazón, ha sido suficiente para que mi Padre reciba mi petición, y la conteste a tiempo; pero no en el “cronos”, sino en el “kairos”.

 

Yo no podría darle a nadie “10 claves para el éxito”, o “5 pasos para agradar a Dios”. Lo que sí sé, y estoy absolutamente segura, es que Dios, como dijo Karl Bath “Es el totalmente otro”, o como dice mi familia boricua “Está pasao”. Cuando Dios me viene con una de Sus “sorpresas” o uno de esos regalos que me vuelan la cabeza, me lo imagino riéndose de mí, al ver mi reacción mi cara y estado de “pasmadez” ante Su incondicional fidelidad. Él quiere ver a su niña feliz, y lo consigue. Y cosas que están escondidas en lo profundo de mi corazón, Él sabe encontrarlas para hacerlas realidad.  

 

Si bien es cierto, no es fácil dejarlo todo por Él, en Él y para Él. No hay cosa que me llene más, que saber que estoy haciendo lo que Él quiere que haga. Y, ¿si vale la pena? ¡Por supuesto que vale la pena! Si los sueños de Dios se van a cumplir al sacrificar los míos… démosle viaje! Al final, yo saldré ganando.

Porque me enamora con Sus detalles, porque me atrae hacia Él con Su fidelidad, porque me cautiva con Su amor de Padre, porque NUNCA me ha dejado sola, quiero vivir cada segundo de mi vida a Sus pies.

 

Si alguien decide servirle, entregarle TODO, Él también le dará TODO lo que hay en Su voluntad a ese alguien. Y ese alguien quiero ser yo.


Cinthya J.

No hay comentarios:

Publicar un comentario