Durante mucho tiempo a
los cristianos se les conoció lo largo de la historia como el pueblo del libro,
esta característica tan notoria en algunos de los países de Centro América,
levantaba burlas a quienes nos veían con una Biblia en la mano o debajo del
brazo, era fácil escuchar frases como “Allá va el hermanito, el aleluya, el
pandereta.”
La Biblia que hoy
nosotros podemos tener en nuestras manos
pasó por procesos y etapas bastante difíciles, algunos creen que la biblia apareció
del cielo y no es así. Este fue todo un proceso de formación como nos explica Barclay, a pesar de esto “la Biblia dejo de ser desde la reforma del siglo XVI un libro para algunos para convertirse en el
libro para todos.”
En el campo de la
literatura encontramos muchas joyas literarias,
y verdaderas obras de arte. Pero ninguna ha podido superar la sublime calidad que posee la biblia.
En la cultura judía la
importancia de la palabra es extraordinaria,
hasta el punto que si se incendiaba la casa en el día de reposo lo único que era
permitido sacar eran los libros y nada más.
Hace algunos siglos la difusión
de la Biblia era sinónimo de muerte o persecución, fueron muchos los hombres y
mujeres que perdieron la vida por realizar traducciones a sus propios idiomas.
En lugares como el norte de África todavía hablar
de la Biblia es una sentencia de muerte.
A pesar de todas estas situaciones, hoy en día son muchos los países que tienen o
tememos el enorme privilegio, no solo de poseer un ejemplar de la biblia en nuestras manos,
sino que también podemos realizar su libre proclamación.
La difusión de la Biblia
ha evolucionado a grandes escalas, se han realizado un gran número de versiones
y traducciones, existen versiones para todos los gustos, las hay para jóvenes,
para líderes, para matrimonios, para hombres, mujeres, niños, en lenguaje
actual, versiones textuales, en otros idiomas, de manera digital, en audio,
video, en dibujos animados, y muchas
otras opciones.
Es tan fácil encontrar cientos de aplicaciones sobre la Biblia en la web, hay juegos, trivias, programas, versiones para iPad, iPod, iPhone, y todo tipo de celulares.
Casi que hoy la invitación
del predicador es, no a que abran la Biblias si no a
que saquen su iPad tablet o celular que
vamos leer la palabra de Dios.
Considero que todos
estos avances han sido muy productivos y de una enorme bendición, pero a pesar
de todas estas facilidades y muchas otras más que tenemos, existe una triste realidad,
la gente en nuestras congregaciones ¡No está leyendo la biblia!
Y lo que es peor aún, líderes
y pastores tampoco lo están haciendo, el desconocimiento de la
biblia en nuestras Iglesias de América Latina, es increíble, según
las sociedades bíblicas en los próximos años el desconocimiento de la palabra
de Dios no disminuirá sino que aumentara, esto lo han llamado el analfabetismo bíblico
del siglo XXI.
Es normal encontrar hoy
en día en nuestras congragaciones hermanos
y hermanas que tienen décadas de congregarse y que han formado parte del
cuerpo ministerial de la Iglesia, pero que nunca han leído ni una tan solo vez la
biblia completa en su vida.
La gente en nuestras Iglesias sigue creyendo que citas como aquellas que dicen “Ayúdate
que yo te ayudare están en la biblia” y este es un error, esto fue
tomado de la vox populi de una de las fabulas de Esopo 500 años después de
Cristo.
Según el investigador
George Barna, menos de uno de cada diez
creyentes poseen una cosmovisión bíblica como la base para su toma de
decisiones o la conducta.
Gary Burge, profesor de Nuevo
Testamento en el Wheaton College en Wheaton, Illinois "Si
bien es cierto que el analfabetismo bíblico es común en la cultura secular en
general, hay amplia evidencia que señala a las tendencias similares en nuestras
iglesias".
George Lindbeck, el famoso
teólogo de Yale, ha comentado "Cuando llegué por primera
vez en Yale, incluso los que provenían de los fondos no religioso sabían la Biblia mejor que la mayoría de los que vienen de familias que asisten a la Iglesia".
Como ministro del Señor esta
es una de las situaciones que más me preocupa, nuestras Iglesias están llenas
de hnos y hnas que saben mucho de moda,
de farándula, del último CD del cantante de moda, de las nuevas aplicaciones de
las redes sociales, de la tabla de posiciones de los equipos de futbol, del último
lanzamiento del videojuego, de la última consola de juego, etc, etc.
Pero muy poco o casi nada de
la Biblia, y un detalle interesante es que estas cosas en si mismo no son
malas, pero no podemos olvidar que estudiar
la biblia es un mandato, fue el mandato de Dios para Josué, fue el mandato
de Pablo a Timoteo, fue el mandato de Jesús a sus discípulos, y sigue siendo la
demanda de Dios de hoy para su Iglesia.
Muchas veces nuestras
derrotas son producto de descuidos, son nuestra responsabilidad por tener una
pobre vida devocional, en los momentos de crisis y de pruebas en el desierto,
lo único que nos va sostener es la palabra que hemos puestos en nuestro corazón,
un ejemplo de esto es Jesús en el desierto la única forma en la que Él pudo vencer
al tentador, fue usando la palabra de
Dios que había en su corazón, su respuesta fue contundente escrito esta, y es que no
es en vano que los documentos veterotestamentarios afirman que la palabra es la espada del Espíritu.
Si dedicáramos el mismo
tiempo que pasamos en el Facebook, para leer la Biblia otra seria nuestra
historia, si con la misma expectativa que vamos a ver un partido de fútbol nos
acercáramos a la Biblia, recibiríamos respuesta de Dios, si cuidáramos de la
misma forma de hacer lo que está en la Biblia como cuidamos nuestro auto, la Biblia
tendría otro valor en nuestras vidas, si pasáramos así de pendientes de nuestra
biblia como lo hacemos de nuestro celular,
esta sería nuestra inseparable compañía,
si consultáramos cada cinco minutos la Biblia como lo hacemos con nuestros
celular, nuestro conocimiento bíblico será mucho más amplio.
Pero lamentablemente las estadísticas
del investigador Barna nos dicen lo siguiente
"..Los cristianos pasan
siete veces más tiempo en el entretenimiento
que en actividades espirituales."
Es mi
deseo que así como Dios forma a través de
su Espíritu Santo a Jesús en el vientre de María, de la misma manera forme a Jesús en tu corazón
a través de la palabra.
“ES TIEMPO DE VOLVER AL LIBRO”