miércoles, 26 de junio de 2013

Volvamos al Libro


Durante mucho tiempo a los cristianos se les conoció lo largo de la historia como el pueblo del libro, esta característica tan notoria en algunos de los países de Centro América, levantaba burlas a quienes nos veían con una Biblia en la mano o debajo del brazo, era fácil escuchar frases como “Allá va el hermanito, el aleluya, el pandereta.”
La Biblia que hoy nosotros  podemos tener en nuestras manos pasó por procesos y etapas bastante difíciles, algunos creen que la biblia apareció del cielo y no es así. Este  fue todo un proceso  de formación como nos explica Barclay,  a pesar de esto “la Biblia dejo de ser  desde la reforma del siglo XVI  un libro para algunos para convertirse en el libro para todos.”
En el campo de la literatura encontramos muchas joyas literarias,  y verdaderas obras de arte. Pero ninguna ha podido superar  la sublime calidad que posee la biblia.
En la cultura judía la importancia de la palabra es  extraordinaria, hasta el punto que si se incendiaba la casa en el día de reposo lo único que era permitido sacar  eran los libros y nada más.
Hace algunos siglos la difusión de la Biblia era sinónimo de muerte o persecución, fueron muchos los hombres y mujeres que perdieron la vida por realizar traducciones a  sus propios idiomas.
 En lugares como el norte de África todavía hablar de la Biblia es una sentencia de muerte.
A pesar de todas estas situaciones,  hoy en día son muchos los países que tienen o tememos el enorme privilegio, no solo de poseer  un ejemplar de la biblia en nuestras manos, sino que también podemos realizar su libre proclamación.
La difusión de la Biblia ha evolucionado a grandes escalas, se han realizado un gran número de versiones y traducciones, existen versiones para todos los gustos, las hay para jóvenes, para líderes, para matrimonios, para hombres, mujeres, niños, en lenguaje actual, versiones textuales, en otros idiomas, de manera digital, en audio, video, en dibujos animados,   y muchas otras opciones.
Es tan fácil  encontrar cientos de aplicaciones sobre  la Biblia en la web, hay juegos, trivias,  programas, versiones para iPad, iPod, iPhone,  y todo tipo de celulares.
Casi que hoy la invitación del predicador es,  no a que abran  la Biblias  si no  a que saquen  su iPad tablet o celular que vamos  leer la palabra de Dios.
Considero que todos estos avances han sido muy productivos y de una enorme bendición, pero a pesar de todas estas facilidades y muchas otras más que tenemos, existe una triste realidad, la gente en nuestras congregaciones ¡No está leyendo la biblia!
Y lo que es peor aún, líderes y pastores tampoco   lo están haciendo, el desconocimiento de la biblia en nuestras Iglesias de América Latina, es increíble, según las sociedades bíblicas en los próximos años el desconocimiento de la palabra de Dios no disminuirá sino que aumentara, esto lo han llamado el analfabetismo bíblico del siglo XXI.
Es normal encontrar hoy en día en nuestras congragaciones hermanos  y hermanas que tienen décadas de congregarse y que han formado parte del cuerpo ministerial de la Iglesia, pero que nunca han leído ni una tan solo vez la biblia completa en su vida.
 La gente en nuestras Iglesias  sigue creyendo que  citas como aquellas que dicen “Ayúdate que yo te ayudare están en la biblia” y este es un error, esto fue tomado de la vox populi de una de las fabulas de Esopo 500 años después de Cristo.
Según el investigador George Barna,  menos de uno de cada diez creyentes poseen una cosmovisión bíblica como la base para su toma de decisiones o la conducta.
Gary Burge, profesor de Nuevo Testamento en el Wheaton College en Wheaton, Illinois "Si bien es cierto que el analfabetismo bíblico es común en la cultura secular en general, hay amplia evidencia que señala a las tendencias similares en nuestras iglesias".
George Lindbeck, el famoso teólogo de Yale, ha comentado “When I first arrived at Yale, even those who came from nonreligious backgrounds knew the Bible better than most of those now who come from churchgoing families,” he says.[5]"Cuando llegué por primera vez en Yale, incluso los que provenían de los fondos no religioso sabían  la Biblia mejor que la mayoría de los  que vienen de familias que asisten a la Iglesia".
Como ministro del Señor esta es una de las situaciones que más me preocupa, nuestras Iglesias están llenas de hnos  y hnas que saben mucho de moda, de farándula, del último CD del cantante de moda, de las nuevas aplicaciones de las redes sociales, de la tabla de posiciones de los equipos de futbol, del último lanzamiento del videojuego, de la última consola de juego, etc, etc.
Pero muy poco o casi nada de la Biblia, y un detalle interesante es que estas cosas en si mismo no son malas, pero no podemos olvidar que  estudiar la biblia es un mandato, fue el mandato de Dios para Josué, fue el mandato de Pablo a Timoteo, fue el mandato de Jesús a sus discípulos, y sigue siendo la demanda de Dios de hoy para su Iglesia.
Muchas veces nuestras derrotas son producto de descuidos, son nuestra responsabilidad por tener una pobre vida devocional, en los momentos de crisis y de pruebas en el desierto, lo único que nos va sostener es la palabra que hemos puestos en nuestro corazón, un ejemplo de esto es Jesús en el desierto la única forma en la que Él pudo vencer al tentador,  fue usando la palabra de Dios que había en su corazón, su respuesta fue contundente escrito esta, y es que no es en vano que los documentos veterotestamentarios afirman que la palabra  es la espada del Espíritu.
Si dedicáramos el mismo tiempo que pasamos en el Facebook, para leer la Biblia otra seria nuestra historia, si con la misma expectativa que vamos a ver un partido de fútbol  nos acercáramos a la Biblia, recibiríamos respuesta de Dios, si cuidáramos de la misma forma de hacer lo que está en la Biblia como cuidamos nuestro auto, la Biblia tendría otro valor en nuestras vidas, si pasáramos así de pendientes de nuestra biblia como lo hacemos de nuestro celular,  esta sería  nuestra inseparable compañía, si consultáramos cada cinco minutos la Biblia como lo hacemos con nuestros celular, nuestro conocimiento bíblico será mucho más amplio.
Pero lamentablemente las estadísticas del investigador Barna nos dicen lo siguiente
"..Los cristianos pasan siete  veces más tiempo en el entretenimiento que en actividades espirituales."
Es mi deseo que así como Dios forma a  través de su Espíritu Santo a Jesús en el vientre de María,  de la misma manera forme a Jesús en tu corazón a través  de la  palabra.

ES TIEMPO DE VOLVER AL LIBRO”

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